Lo que yo quiero decir es América Latina...

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miércoles, 30 de abril de 2008

Brasil es una escuela solidaria

Lento lento fui pisando este gigante selvático. Una frontera silenciosa y tranquila me recibía aquel 5 de abril y una lengua nueva se dejaba escuchar, que ignorante me sentía al percibir solo sonidos que salían rápido de las bocas de mis interlocutores sin entender nada de nada. Fui cumpliendo con la ley, sellando mi pasaporte de lado y lado para sentirme como si recibiera otro premio de montaña en esta maratón. A diferencia de Venezuela, entre por una región muy poco habitada así que había cierto desconcierto por saber si estaba en la dirección correcta, pero así lo era, el camino marcado seguía la ruta. 230 kms me separaban de mi primer ciudad y con una energía desbordante pedaleaba sabiéndome en nuevas tierras. El estado de Roraima, cuya capital es Boa Vista, junto con el estado de Amazonas cuya capital es Manaus tienen escasas ciudades grandes, el resto de camino solo puedes ver Vilas y una que otra finca, en esa medida es un poco intimidante y te sugiere otra disposición para transitar estos parajes. El primer día y dada mi escases idiomática casi no logro acertar preguntar cuál era el pueblo más próximo, con esa energía de aquel primer momento pude llegar a una de esas Vilas después de hacer un larguísimo recorrido. Una Vila llamada Tres Corazones fue mi albergue. Un buen hombre permitió que posase mi carpa al lado de su negocio, cansado pero con muchos ánimos me instale, prepare mis alimentos, mientras veía como un grupo de mujeres se hacia la pedicura. En la noche pude cruzar unas palabras con el dueño del negocio, haciéndome a la hospitalidad brasilera y a la lengua por supuesto, cuestión que me interesa demasiado, pues mientras no domine la lengua siento que no puedo acercarme de una manera certera a este pueblo, también tengo que habitar el lenguaje. El día siguiente me tomo en Boa vista por fin, mi primera ciudad grande de Brasil. Allí estuve por dos días mientras descansaba y me adaptaba a todo, poder comprar un refresco en una tienda, preguntar una dirección, pasearme por una calle, en fin. Luego de Boa Vista a Manaus es el verdadero viaje de bienvenida, kilómetros y kilómetros por sortear, 758 para más señas. Pasito a pasito para ir conversando con este país y de pueblo en pueblo identificar el titulo de este escrito, Brasil es una escuela solidaria. He dormido en muchos lugares en este viaje, pero solo me faltaba pernoctar en una escuela y para mi gran agrado lo hice durante todo el recorrido a Manaus por todos los sitios que pase. Apelando a la solidaridad entre colegas, sabiéndome docente también, a cada escuela de estas que llegaba contaba mi historia de viaje, de estar escribiendo un libro que hablara de esta experiencia y mi cumplimiento en el papel de docente y muchas puertas de las escuelas se abrieron para mí. Primero había el gusto por tener un lugar donde morar y luego venia ese dialogo con la gente de allí. Recuerdo mucho la primera escuela en el pueblo de Iracema. Por lo general siempre se daba la misma dinámica en estos lugares. Yo llegaba al medio día, hablaba con su directora y este accedía a que me quedase en la escuela pero solo podía llegar al termino de la jornada académica, así que el resto de tiempo me tocaba pasarlo por fuera esperando, era un tiempo medio muerto pues todavía con bicicleta en mano y cansado debía esperar, pero poco a poco y con el pasar de las escuelas supe invertir este tiempo. En aquella primera escuela el tiempo lo invertí de una manera muy provechosa ya que había una biblioteca en el pueblo, pensé entonces en ir a tratar de leer un poco, pero me lleve una sorpresa grande al entrar en sus instalaciones. Esta era escuela que no contaba desde luego con muchos textos, casi todos eran de carácter escolar, cartillas y demás, algo de literatura y unas revistas, el centro lo ocupaban unos computadores que entretenían a los niños que acudían en masa allí. Mi deleite en aquel lugar fue un enorme mapa de Brasil que encontré, me encanta perderme en los mapas, trazar recorridos mentales y tratar de imaginarme cada lugar que aparece en la ruta. Lo maravilloso de este gran mapa era que traía las distancias entre ciudades y me apreste entonces a tomarlas para mi recorrido, de allí vino ese primer impacto del que ya he hablado en escritos anteriores, pero ahora me gustaría compartir esas distancias para que el lector se haga una idea de lo que hablo cuando digo que Brasil es grande, téngase en cuenta que yo haciendo una buena jornada hago 100 kms de pedaleo, miremos entonces las distancias:
Belém – Teresina: 930 Teresina – Fortaleza: 670 Fortaleza – Natal: 523 Natal – Joao Pessoa: 180 Joao Pessoa – Recife: 135 Recife – Maceió: 245 Maceió – Aracajú: 296 Aracajú – Salvador: 344 Salvador – Vitoria: 1193, Vitoria – Rio de Janeiro: 533, Rio de Janeiro – São Paulo: 429, São Paulo – Curitiba: 408, Curitiba – Florianópolis: 339, Florianópolis – Porto Alegre: 497, Porto Alegre – Pelotas: 278.
En algunas de estas escuelas tuve un contacto cercano con los profesores e inclusive pude acceder al salón de clase donde compartimos una somera clase de español sirviendo yo como profesor. Fue una experiencia sumamente enriquecedora que me hizo repensar mi labor como docente, la importancia de la docencia en la construcción de una sociedad, la pasión por lo hecho también. En este largo camino la geografía desafiaba por momentos, ya sea por lo empinado de alguna subida o por el mal estado de las carreteras que se presentaba algunas veces. La llegada a Manaus en sus últimos kilómetros es difícil, un eterno tobogán de bajadas y subidas dificulto mi llegada y a eso hay que sumarle que esta región amazónica posee unas lluvias temporales que asustan, de repente se desata un temporal durísimo que se calma a los pocos minutos. Pero al ver ese letrero que indica la bienvenida a la ciudad las energías se reponen y el ego se levanta al ver el letrero de ida que indica los kilómetros hasta la ya pasada ciudad de Caracas, algo se ha recorrido.
Manaus es otro puerto, esa otra ciudad que tuvo una prosperidad especial y nos muestra construcciones majestuosas como su Teatro Amazonas, que te roba algunos suspiros, con esa cúpula coronándolo y la bandera de Brasil inmensa en la cúspide y el color de sus fachadas, la nostalgia del tranvía que ya solo existe como pieza de museo, la plaza de la saudade, transpira nostalgia nuestro continente. Aquí se encontraban los mundos, se comerciaba con el caucho y era la conexión con la vena más grande de nuestra América, el río Amazonas. Sus mercados y su puerto hierven cual caldera, llena de cuanto puedas imaginar. De un lado el Rió negro tiene sus navíos expectantes, esos barcos que parece, pudieran llevar el mundo entero en sus entrañas y de otro los mercados con bodegas donde moran vegetales, peces, carnes en una armonía festiva, son pinturas esas disposiciones de frutas, es un perfecto collage la mixtura de artículos y el olfato se revuelca de sentir tantos olores al mismo tiempo. Todo sigue en ebullición en ese puerto que parece que no descansa y mucho más cuando es día de salida hacia la gran ciudad del otro lado de Brasil, me refiero a Belém, mi próximo destino. Después de una titánica tarea para conseguir mi pasaje de barco, en estas tierras del caos tropical, donde todo tiene un precio diferente dependiendo del humor de sus comerciantes, consigo hacerme al tiquete que me llevara a surcar las aguas, a conversar con brasil desde el agua, la selva y los días que se moverán desde las tablas.

3 comentarios:

rogelio dijo...

Jaime, visitamos la página en la oficina en Fabricato, felicitaciones, muy duro el viaje

juan jose dijo...

jaime,sigo viajando contigo,muy buenas tus fotos ,te mando muchas fuerzas para seguir forjando tu sueño que de alguna forma es el mio, un abrazo desde buenos aires
juan jose

Troyana dijo...

Pedagogo…
Que gusto me da saber que el contacto con la escuela fue vivido desde la naturalidad, el camino te llevo allí y te mostró otro forma de comunicar la experiencia, una forma de dar y recibir diferente a la de un Comenio, Pestalozzi, y otros tantos. Esa escuela solidaria te enseño las distancias y te proporciono la calma, y el espacio para apaciguar el ansia.
Tranquilo, despacio…